Sí, así es, todo producto destinado a satisfacer las exigencias de un blanco de público en un mercado cambiante, cumple un ciclo de vida. Por definición, el ciclo de vida de un producto, no es más que la evolución de las ventas de un artículo durante el tiempo que permanece en el mercado. Las condiciones bajo las que un producto se vende cambian a lo largo del tiempo; así, estas variaciones, deben ajustarse teniendo en cuenta el momento o fase del ciclo de vida en que se encuentra el producto.
Y las redes sociales no son la excepción a la regla. Los creadores de las redes más populares de hoy en día –Facebook y Twitter– han estado lidiando con la perdida de interés de su principal blanco de público, aquellos jóvenes usuarios de smarthphones que crecieron envueltos en el Social Media. Y no solo los jóvenes, también la de aquellos usuarios, como es mi caso, en que Facebook, por citar uno, ya no me parece atractivo. Muchos de mis contemporáneos han decidido cerrar sus cuentas, o limitarse a entrar, ver y salir.
Ante esta amenaza, nuestras populares redes están haciendo los ajustes necesarios para no perder vigencia y popularidad entre los usuarios. Facebook modificó su ‘News Feed’ haciéndolo más personalizado y atractivo con el interés de retener a los usuarios”, mientras que Twitter está concentrando su atención en las marcas y los anunciantes, tratando de sacar provecho de las capacidades RTM del sitio.
No es que los esfuerzos de los creadores de Facebook y Twitter han sido en vano. Todo lo contrario, es un indicador de que tienen bien claro que el cambio es parte de la evolución. Y seamos honestos, han sido la inspiración para la creación de otras plataformas de redes sociales de las cuales gozamos hoy en día. Nadie puede quitarles ese mérito.
Mientras tanto, esperemos más cambios en el futuro, nuevas plataformas y nuevas maneras de permanecer conectados. Y si la teoría del ciclo de vida es tan certera como se define, no nos sorprendamos si desaparecen algún día.